El tratamiento de la artrosis varía según el grado de degeneración del cartílago. Aparte de bajar de peso y evitar actividades que ejerzan una excesiva fuerza sobre el cartílago de la articulación, no existe un tratamiento específico para detener la degeneración del cartílago o para reparar el dañado por la artrosis. La meta del tratamiento de la artrosis es reducir el dolor en las articulaciones y la inflamación al mismo tiempo que se mejoran y mantienen las funciones de la articulación. Algunos pacientes con artrosis tienen un mínimo o ningún dolor y pueden no necesitar tratamiento. Otros pueden beneficiarse de medidas conservadoras como el descanso, el ejercicio, el control dietético y la reducción de peso, terapia física y ocupacional y dispositivos de apoyo mecánico. Estas medidas resultan de particular importancia cuando están involucradas articulaciones largas que soportan grandes pesos, como cadera y rodillas. De hecho, incluso una modesta reducción de peso puede ayudar a disminuir los síntomas de la artrosis de articulaciones largas. Los medicamentos son usados para complementar las medidas fisiológicas arriba descritas; pueden ser usados tópicamente, tomados, o inyectados directamente en las articulaciones para disminuir el dolor y la inflamación. Cuando las medidas conservadoras no logran controlar el dolor y mejorar la función articular, la cirugía puede considerarse.
El ejercicio usualmente no agrava la condición si se practica a niveles que no produzcan dolor articular. Es de ayuda para la artrosis en más de una forma. Primero, fortalece el soporte muscular alrededor de las articulaciones. También previene que las articulaciones «se congelen» y mejora y mantiene la movilidad articular. Finalmente, ayuda reduciendo el peso y estimula la resistencia. Aplicar calor localmente antes y compresas frías después del ejercicio puede ayudar a aliviar el dolor y la inflamación. La natación resulta particularmente apropiada porque permite al paciente ejercitarse con un mínimo de impacto sobre las articulaciones. Otros ejercicios populares como tratamiento de la artrosis incluyen caminata, bicicleta fija, y levantamiento de pesas ligero.
Los fisioterapeutas pueden proveer dispositivos de apoyo, tales como tablillas, bastones, andaderas y abrazaderas. Estos aparatos pueden ser útiles para reducir la presión sobre las articulaciones. Los terapeutas ocupacionales pueden evaluar las demandas de las actividades diarias y sugerir aparatos adicionales que pudieran prestar ayuda a las personas en su trabajo o en casa.
Para muchos pacientes, mitigadores ligeros del dolor como la aspirina o el acetaminofén (Tylenol) puede ser suficiente tratamiento de la artrosis, al menos temporal. Hay estudios que han mostrado que el acetaminofén administrado en dosis adecuadas puede con frecuencia ser tan efectivo como otros medicamentos antiinflamatorios de prescripción para aliviar el dolor producido por la artrosis de rodillas. Nuevos tratamientos incluyen una loción antiinflamatoria, diclofenaco y parches de diclofenaco, los cuales están siendo utilizados en la actualidad para reducir el dolor.
Foto | Treatment7
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