Acerca de las propiedades curativas de la cebolla, la tradición dice que este vegetal es considerado como un alimento “cura todo” en muchas culturas. En la medicina tradicional del Medio Oriente, las cebollas fueron prescritas ampliamente para tratar la diabetes en sus diversos tipos. En los primeros años del siglo XX en los Estados Unidos, William Boericke, recomendaba las cebollas para tratar y aliviar los problemas respiratorios y digestivos en su influyente tratado médico: Homeopathic Materia Medica. Creyendo que las cebollas ayudarían a mejorar el desempeño atlético, los participantes de las antiguas olimpiadas griegas se atiborraban de ellas, se bebían su jugo, y la frotaban en sus cuerpos antes de las competencias.
Las investigaciones más recientes demuestran que existieron un sinfín de usos antiguos derivados de las propiedades curativas de la cebolla. Los tisulfinatos (compuestos sulfúricos que son responsables por su olor tan característico) reducen los síntomas de la diabetes y protegen contra las enfermedades cardiovasculares. La quercetina, un flavonoide que se encuentra en las cebollas, previene las inflamaciones relacionadas con alergias y también protege contra las úlceras estomacales y del colon, cáncer de seno y esofageal. Y todo parece indicar que los antiguos griegos estaban en lo correcto. Un estudio en el 2009 encontró que el extracto de quercetina incrementaba la resistencia, lo que convertía a este singular alimento en una substancia para mejorar el desempeño perfectamente legal. Sin embargo, las propiedades curativas de la cebolla se extienden mucho más allá que el buen rendimiento físico.
Las cebollas pueden protegerte de muchas enfermedades y ayudarte a conservar una salud más optima, incluso mejor que el famoso consejo de una manzana al día. Tu cuerpo absorbe la quercetina proveniente de las cebollas al menos unas tres veces más rápido de lo que esta la absorbe cuando proviene de las manzanas (o del té, otra fuente rica en esta sustancia). Todo esto de acuerdo a la Federación Europea de Sociedades Bioquímicas (EFBS). Para sacar el mayor provecho de los tisulfinatos, y las propiedades curativas de la cebolla. , elige las cebollas rojas (moradas) o amarillas. Como sucede con muchos otros vegetales frescos, mientras más colorido mejor. El calor reduce la cantidad de tisulfinatos al igual que su poder de acción, por lo que es preferible consumir las cebollas sólo ligeramente cocinadas o crudas. Debido a las diferencias existentes entre los distintos tipos de cebollas y sus formas de preparación, es imposible decir fijar un número exacto de porciones o cantidades que deban ser ingeridas por día. Lo mejor es hacerlas parte de nuestra dieta regular de vegetales ya sea frescos o cocinados.
Deja tus comentarios