Cuando lo sometemos a una dieta que lo priva de alimentos y calorías de una de manera rápida, al principio principalmente desecha agua almacenada y esto es lo que vemos como la pérdida rápida de peso. Cuando se da cuenta que este cambio de consumo calórico aparenta ser de larga duración, el cuerpo, comienza un proceso de adaptación, ya que analiza que va a tener que sobrevivir con esta nueva cantidad de calorías.
En ese momento se frena la pérdida de peso y nuestro sistema metabólico funciona más lentamente adaptándose a la nueva cantidad de alimento que recibe . Si continuamos insistiendo, y si la dieta es muy limitada, el cuerpo comienza a utilizar como combustible la masa muscular aún más que las grasas almacenadas, ya que son más accesibles, y nos ponemos fláccidos y con menos energía.
Finalmente paramos de hacer dieta y ahora tenemos un cuerpo y un metabolismo nuevo. Pues nuestro metabolismo ahora está adaptado al consumo alimenticio que habíamos mantenido y también nuestra masa muscular se ha reducido.
Regresamos a las comidas normales, y así como demoró unas semanas nuestro metabolismo para acostumbrarse a menos consumo diario, ahora tenemos un metabolismo lento que recibe cantidades normales o mayores de comida que, como no son utilizadas rápidamente se convierten en grasa.
Es este proceso bajo el cual a menudo después de una dieta recobramos el peso perdido, y usualmente aún más.
Sabiendo el mecanismo de esta trampa, si somos responsables, debemos evitar caer en ella en el futuro.
Deja tus comentarios