La blefarosplastia consiste en un tratamiento que sirve para extraer el exceso de adiposidad o de exceso de músculos en ambos parpados de nuestro rostro. Sus puntos a atacar son precisamente las “bolsas” que se forman debajo de los ojos y los parpados caídos. Hay que hacer la salvedad de que esta cirugía no sirve ni para eliminar las arrugas, ni las ojeras, ni para levantar las cejas.
Esta cirugía tiene una duración promedio que va de una hora hasta tres. Si hay necesidad de tratar los cuatro parpados, se deberá comenzar por los superiores por razones de practicidad. Las pequeñas incisiones que se realizan, deberán seguir las líneas de la piel. En el caso de los parpados superiores será en los pliegues y en los inferiores, justo por debajo de nuestras pestañas.
Después de realizar esta incisión, se extrae lo que sobra y posteriormente se cierra el corte con suturas extremadamente finas. Antes de que nos venden, es posible que nos apliquen algún desinfectante o algún ungüento para asegurarse de que no hayan complicaciones futuras. El dolor que sentiremos será muy leve a lo largo de todo el tratamiento, por lo que no debemos preocuparnos por este aspecto.
Habrá que tener un poco de paciencia para los días posteriores a la cirugía, ya que debemos mantener la cabeza en una posición elevada, y utilizar compresas frías para colaborar con la desinflamación. Podremos volver a ver televisión o a leer después de los primeros tres días. Es probable que necesitemos usar gotas para humedecer los ojos durante el primer mes, ya que se encontrarán más sensibles a los cambios del clima y a la luz del día, por lo que deberemos hacer posible por guardar el máximo reposo durante el primer mes.
Es de notar, que aquellas personas que sufran de enfermedades como el hipertiroidismo, alta presión sanguínea o que tengan trastornos en la circulación, no podrán realizar esta cirugía. Por lo que, ante la duda, conviene consultar con un especialista.
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