La primera acción que se debe emprender es identificar qué sustancia provoca la alergia y evitar tomar contacto con ella. El tratamiento habitual por parte de la medicina convencional suele consistir en fármacos que suprimen el síntoma reaccional de la alergia:
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antihistamínicos, corticoides, cromoglicato disódico, esteroides e incluso intervenciones quirúrgicas. Pero para las personas alergicas esto solo les produce un alivio temporal de los síntomas y no llegan a curar el trastorno inmunitario que padecen. Incluso alguno de estos tratamientos puede producir efectos peores que la propia alergia.
La homeopatía va a tratar de fortalecer el propio sistema inmunitario en vez de tratar los síntomas o evitar al alergeno.
Los homeópatas utilizan el «remedio constitucional» para tratar los distintos tipos de alergias. El homeópata tras estudiar todos los síntomas, tanto físicos como psicológicos del paciente, seleccionan un remedio específico para cada persona. Con ese remedio se trataran la totalidad de los síntomas que la persona experimenta, y no sólo los síntomas alérgicos físicos sino también sobre los síntomas psicológicos.
A veces en una persona alérgica existe una causalidad o hecho acaecido en algún momento de su existencia, a quien padece esos desequilibrios la medicina homeopática le dará una sensación de paz, confort y alegre energía.
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